Emirates Airline se prepara para una nueva fase de expansión en 2025, con el objetivo de sumar más destinos a su red global y superar los 140 destinos operados actualmente. Entre los principales mercados que la aerolínea tiene en la mira se encuentra China, donde evalúa abrir rutas hacia Shenzhen y Hangzhou con aviones Boeing 777.

La aerolínea con sede en Dubái busca aprovechar la reducción de operaciones de aerolíneas europeas en China, ampliando su presencia en un mercado clave para la conectividad internacional. Además de su expansión en Asia, Emirates estudia nuevas rutas en África y Europa, con ciudades como Kinshasa (República Democrática del Congo), Brazzaville (República del Congo) y Helsinki (Finlandia) dentro de sus planes de crecimiento.
Las nuevas rutas de Emirates podrían representar un desafío para Qatar Airways, que ya opera vuelos a Chengdu, Hangzhou y Kinshasa. A su vez, la aerolínea del Golfo analiza el uso de derechos de quinta libertad, lo que le permitiría conectar distintas ciudades sin que Dubái sea necesariamente el destino final.

En cuanto a la flota, la expansión de la aerolínea enfrenta obstáculos debido a los retrasos en la entrega de aeronaves Airbus y Boeing, así como al programa de modernización de cabinas en curso. Sin embargo, Emirates apuesta por los nuevos Airbus A350 para operar las nuevas rutas con mayor eficiencia.
Con esta estrategia de crecimiento, Emirates busca consolidarse como un actor clave en la conectividad global, diferenciándose de aerolíneas como Lufthansa, British Airways, Virgin Atlantic y SAS, que han reducido su presencia en China debido a los costos derivados del cierre del espacio aéreo ruso.
Si la expansión se concreta, 2025 marcaría un hito en la historia de Emirates, con una red de destinos más extensa y una mayor presencia en mercados estratégicos.