El fotógrafo de vida salvaje Dolph Volker vivió en África una de esas experiencias que parecen sacadas de una película. Tras una larga jornada de trabajo en la sabana, decidió descansar bajo la sombra de un árbol. Mientras dormía, un guepardo se le acercó en silencio y, sin mostrar agresividad, se acomodó sobre su brazo para dormir junto a él.
Lejos de asustarse, Volker mantuvo la calma y permaneció inmóvil, consciente de que cualquier movimiento brusco podía alterar al felino. El momento se prolongó durante un rato, hasta que el guepardo, con la misma tranquilidad con la que llegó, se levantó y se alejó.
El encuentro, tan inesperado como único, revela la capacidad de la naturaleza para sorprender y enseña que, cuando los seres humanos eligen el respeto en lugar del miedo, pueden presenciar interacciones extraordinarias con la vida salvaje.
Un instante de confianza mutua en medio de la sabana que demuestra lo poderoso que puede ser el vínculo entre el hombre y los animales.





