El castillo de Walt Disney existe de verdad y está en Alemania
Quién no soñó alguna vez con perderse entre los muros del castillo de Walt Disney. Una construcción reconocida en todo el mundo que se enmarca como la verdadera casa de Cenicienta en la que vive toda la planta noble del reino. Cabe destacar que esta preciosa edificación siempre se ha enmarcado como el logotipo más reconocido de la marca Disney.
Existen todo tipo de souvenirs, camisetas, cabeceras de series e incluso llaveros que presumen de formar parte del universo Disney mostrando este castillo. Una construcción que parece haber cobrado realidad y que sitúa en un país no tan lejano. Te lo contamos.
Parece una historia sacada directamente de la imaginación del mismísimo Walt Disney, sin embargo, esta vez es toda una realidad. El castillo de la mítica productora de películas animadas existe realmente y podemos encontrarlo en una región de Alemania llamada Schwangau. Una preciosa edificación de altos torreones que recibe el nombre de Neuschwanstein y que se ha convertido en un auténtico reclamo para los turistas de la zona.
En realidad, esta curiosa construcción es un enorme palacio que data del año 1869. Una enorme fortaleza que perteneció a Luis II de Baviera, conocido como el Rey Loco que dominó estos territorios entre 1845 y 1886. Según cuentan los libros de historia, este monarca era un obseso por la arquitectura. Una adicción que se basaba en el diseño eclético neogótico y neobarroco y con la que se le ocurrió la construcción de este espectacular castillo.
La realidad es que la historia de este castillo de Walt Disney nada tiene que ver con sus películas. Simplemente fue una edificación que el Rey Loco construyó para pasar sus últimos días de vida después de ser depuesto. Las razones de su marcha forzosa se basaban en la incapacidad mental del monarca que logró gastar casi todo el dinero de la corte en la construcción del castillo de sus sueños. Un lugar conocido en el futuro por ser el destino elegido por los nazis para almacenar las obras de arte que fueron robadas en Francia durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero no todo es malo en torno a la fortaleza de Neuschwanstein, ya que el bueno de Walt Disney quedó fascinado con las sinuosas formas de una construcción en la que decidió basarse para una de sus películas más famosas: Cenicienta.