Una región de Francia rodeó sus campos con antorchas para proteger a los viñedos de una helada histórica y las imágenes son impresionantes: un verdadero espectáculo a la vista, aunque el motivo que lo desencadene no sea tan deslumbrante. Tras registrarse una insólita helada para la época del año en Francia, los viñateros de la región de Chablis recurrieron a un particular método -y hasta algo peligroso, a decir verdad- para evitar que la cosecha se eche a perder por el frío.
A pesar de haber protagonizado una temporada pura de calor veraniego a finales del mes de marzo, el frío se ha vuelto a instalar en Francia desde principios de abril. Particularmente, en la región de Borgoña, las temperaturas alcanzan los grados bajo cero durante la noche. De hecho, se han registrado hasta unos -5°C en algunos lugares y hasta nevadas ocasionales, fenómeno que no ha hecho otra cosa que poner en alerta a los viticultores de la zona.
Para contrarrestar a la naturaleza, los trabajadores de viñedos han decidido colocar velas encendidas en medio de los viñedos para ganar unos grados en la temperatura ambiente, también tener cepas regadas para crear una película protectora de hielo. El objetivo de los viñedos Chablis, Côte d’Or o Pouilly-Fumé es claro: hacer hasta lo imposible para salvar los brotes y así, en unos meses, poder llevar a cabo la cosecha de 2021.
No obstante, cabe destacar que la iniciativa tampoco resulta garantía de que la producción se resguarde de las condiciones climáticas. Los profesionales aseguran que si el descenso de la temperatura es demasiado grande, los brotes se congelan. Como si fuera poco, este sistema tiene otra contracara: los costos, ya que montar el recorrido de velas a lo largo y ancho de los viñedos presenta un valor de 9 euros la antorcha. Como para calcular, se necesitan unas 400 por hectárea.
Si bien las imágenes que han circulado en los últimos días parecían indicar que se trataba de la primera vez que tenía lugar un acontecimiento así, es un espectáculo nocturno que rara vez se produce pero ha sabido tener alguna que otra -u otras- noche al año. Los viticultores también han encendido braseros y fardos de paja para salvar sus viñedos del frío.
El vitivinicultor local Frédéric Gueguen expresó en diálogo con radio Vibration que este episodio de heladas resulta bastante inusual para el mes de abril, y no hay dudas de que se debe al cambio climático: “Ya no tenemos invierno, y las primaveras son bastante caóticas, con temperaturas a veces veraniegas, como la semana pasada”, explicó.
