El auge del turismo en Grecia ha traído consigo un desafío inesperado: una escasez crítica de personal en la industria hotelera y gastronómica. Se estima que el país necesita con urgencia alrededor de 80.000 trabajadores para cubrir puestos en hoteles, bares y restaurantes durante la temporada alta de verano.
Cocineros, camareros, personal de limpieza y recepcionistas son algunos de los perfiles más buscados. La situación es tan compleja que el gobierno ha comenzado a recurrir a solicitantes de asilo y trabajadores extranjeros para llenar estas vacantes.

Según Giorgos Hotzoglou, presidente de la Federación de Trabajadores de la Alimentación y el Turismo (POEET), esta escasez no es nueva: “Lo que estamos viendo es una falta sin precedentes de trabajadores cualificados, especialmente en los sectores hotelero y alimentario. Muchos abandonaron el rubro durante la pandemia y no regresaron”.
A esto se suma un cambio de mentalidad entre los jóvenes griegos, que ahora prefieren empleos con horarios fijos y fines de semana libres, lo que hace menos atractivas las ofertas temporales del sector turístico.

El desafío es enorme. Solo en 2024, Grecia recibió más de 36 millones de turistas, lo que representa un récord desde la pandemia. Para hacer frente a esta demanda, el gobierno también está legalizando a unos 30.000 migrantes y ha firmado acuerdos de movilidad laboral con países como Egipto, Vietnam, Georgia e India.
El turismo no es el único sector afectado. La agricultura y la construcción también enfrentan serios problemas de contratación, lo que refleja una crisis laboral más amplia en el país mediterráneo.