El Museo del Prado de la ciudad de Madrid es uno de los más famosos de esta localidad y, además, es una de las instituciones de arte más importantes del mundo entero. Su construcción tuvo lugar más de dos siglos y desde entonces ha tenido un lugar protagónico en las actividades culturales que tiene para ofrecer la ciudad.
Madrid es una de las ciudades más importantes de España, junto a Barcelona y Valencia, y no solo por ser la capital. Siendo una de las localidades elegidas por turistas de todo el mundo, cuenta con una oferta super amplia respecto a las actividades que se pueden desarrollar allí. Desde paseos al aire libre, hasta actividades gratuitas para disfrutar el día al máximo, y recorridos por los museos más increíbles del mundo, Madrid tiene de todo.
Entre ese gran «de todo» resalta de sobremanera el Museo del Prado, uno de los protagonistas del «Triángulo del Arte» que atrae a fanáticos del arte de todos los rincones del mundo. Por esto mismo, a continuación te contamos todo lo que tienes que saber sobre esta increíble institución, que luego de dos siglos continúa teniendo a la misma o incluso más relevancia.
Inicios del Museo del Prado
Su nombre oficial es Museo Nacional del Prado, pero se lo conoce coloquialmente como «Museo del Prado». A pesar de eso, no fue ese el título que llevaba cuando recién se realizó su inauguración. La institución abrió sus puertas el 19 de Noviembre de 1819 y su nombre oficial en ese momento no era el que conocemos ahora. En un principio sería el «Real Museo de Pinturas y Esculturas», y luego pasó a ser el «Museo Nacional de Pintura y Escultura». En sus comienzos pretendía ser una versión del Louvre de París en España, presentando las obras más distinguidas de la colección de la corona.
El edificio que fue utilizado para el Museo Nacional estaba destinado en un principio para el Gabinete de Ciencias Naturales, y había sido diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en en el año 1785 por pedido de Carlos III. Fue Fernando VII quien, por idea de su esposa María Isabel de Braganza, decidió que se destinara para esta institución.
Las Colecciones Reales que se presentarían en el Museo del Prado no surgieron a partir de la iniciativa de la reina María Isabel para crear esta institución, sino que ya venían tomando forma desde el siglo XVI. Uno de los principales auspiciantes de artistas fue el emperador Carlos V, y sus sucesores continuaron con la misma labor. Gracias a ello, cuando el Real Museo abrió sus puertas el catálogo contaba con 311 pinturas que se presentaron a lo largo de tres salas, pero la institución ya poseía 1510 obras de la realeza.
Muchas de las obras más llamativas que se pueden admirar hoy en día en el Museo del Prado es gracias a los monarcas que desde hace varios siglos apreciaban el arte. De esta época datan, por ejemplo, El jardín de las Delicias de El Bosco, La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael, El Lavatorio de Tintoretto, Las Meninas de Velázquez, La familia de Carlos IV de Goya, entre otros. En los primeros años recibió importantes pinturas que provenían del Museo de la Trinidad, así como también algunas del Museo de Arte Moderno.
Tras la muerte de Isabel II en el año 1868, el hasta entonces Real Museo de Pinturas y Esculturas fue incorporado a los «bienes de la Nación» y luego de 1872 y la supresión del Museo de la Trinidad, la institución pasó a llamarse «Museo Nacional de Pintura y Escultura». El museo mantuvo ese nombre hasta casi 50 años más tarde, cuando en 1920 por un Real Decreto se le cambió el nombre oficial a «Museo Nacional del Prado», como ya se lo conocía pero de forma coloquial.
Colección del Museo del Prado
El Museo del Prado es la institución que tiene la colección de pintura española más completa con obras que datan del siglo XI al XVIII; cuenta con más de 30.000 trabajos y a su vez está compuesta por otras colecciones provenientes de diferentes museos. A continuación te presentamos cada una de ellas.
Colección Real
La Colección Real constituye el núcleo principal y, al mismo tiempo, original, de las que componen las muestras del Museo del Prado. La misma, tal como su nombre lo establece, procede de la monarquía de España. Durante muchos siglos los reyes españoles se dedicaron a coleccionar obras de arte, y todas esas adquisiciones fueron repartidas en las diferentes residencias que poseían en toda España.
El miembro de la realeza que tuvo un rol fundamental para lo extraordinaria que llegó a ser esta colección fue Felipe II. Si bien sus predecesores solían coleccionar pinturas, la mayoría estaban ligadas a a la persona en sí, por lo que la costumbre era repartirlas entre los herederos al morir y ya, no contaban una una colección propiamente dicha.
Carlos I fue uno de los monarcas que encargó varios retratos y pinturas religiosas, sin intención de coleccionar. Sin embargo, Felipe II, su hijo, se convirtió en la primera persona en valorar la Colección Real como un tesoro que valía la pena preservar, y por su iniciativa se comenzó a considerar como un patrimonio indivisible. De hecho fue el mismo Felipe el que se encargó de reunir varias pinturas de la colección, así como incorporar nuevas y Felipe IV la convirtió en una colección de una categoría superior.
Desde ese momento la colección no hizo más que crecer, incluso luego del incendio del Alcázar de Madrid, en 1734, donde se perdieron más de 500 pinturas, los monarcas se encargaron de continuar ampliando la colección con nuevas obras.
Museo de la Trinidad
La increíble colección del Museo del Prado también debe gran parte de su categoría al Museo de la Trinidad. Si bien su aporte no es tan significativo como el de la Colección Real, constituyó uno de los núcleos más importantes para que el museo llegue a ser lo que es.
Esta institución llevaba el título de “museo nacional” y aquí se encontraban las obras de arte que pertenecían a iglesias, monasterios y conventos. Con el tiempo también se incorporaron obras de arte contemporáneo que eran realizadas por el Estado.
Este museo abrió sus puertas al público en 1838, aunque las condiciones en las que se encontraba eran bastante precarias en comparación con otras instituciones. La gran parte de las obras de su colección provenían de la provincia de Madrid, y algunas otras de sus alrededores como Ávila, Burgos, Segovia, Toledo y Valladolid. Teniendo en cuenta que la mayoría de las obras provenían de artistas españoles, el museo creó la llamada “Escuela española de pintura”.
Debido a las críticas que se le hacían al museo por cómo se encontraban las obras y cómo las presentaba, además de no poseer la infraestructura suficiente para las exhibiciones, se tomó la decisión de disolverlo. Todos los fondos que en su momento eran del Museo de la Trinidad pasaron a formar parte del Museo del Prado en el año 1872, completando de una forma espectacular la colección de pintura religiosa. Aunque, cabe tener en cuenta, debido a una cuestión de espacio, fueron menos de 200 las obras que se incorporaron al Museo del Prado, mientras que las restantes 650 se dividieron entre otras instituciones.
Entre las obras que el Museo del Prado recibió del Museo de la Trinidad se encuentran trabajos de Goya, Alonso Cano, Greco, Claudio Coello y más pintores de la escuela madrileñas perteneciente al siglo XVII.
Museo de Arte Moderno
El Museo de Arte Moderno, también conocido como MAM, fue otra de las instituciones que hizo un gran aporte a la colección del Museo del Prado. Esta institución existió entre 1894 y 1971, se especializaba en las obras de arte pertenecientes a los siglos XIX y XX, y se encontraba ubicado en el Palacio de Biblioteca y Museos Nacionales, compartiendo espacio con otras importantes instituciones de España.
La apertura al público del MAM fue en 1898 y constaba de dos departamentos, uno de pintura y otro de escultura. Para esta institución se estableció un criterio que tomó carácter universal y establecía que Goya era considerado el “último representante de la antigua pintura española”, por lo que esa era la línea para las obras que se presentarían en la institución.
Una de las principales problemáticas que presentó el Museo de Arte Moderno fue la falta de espacio, tanto por la cantidad de obras que poseían como por el lugar en el que se encontraba, compartiendo espacio con otras instituciones. Por lo que sus obras comenzaron a depositarse en otros museos provinciales, y aunque se realizó un proyecto para una nueva serie nunca se llevó adelante.
Las colecciones de arte decimonónico que pertenecían al Museo de Arte Moderno pasaron a formar parte directamente de las obras del Museo del Prado.
Obras adquiridas por el Museo del Prado
Además de recibir una cantidad importante de obras históricas que formaron parte de colecciones de destacadas instituciones, el Museo del Prado también se ocupó de adquirir por si mismo importantes trabajos. De hecho, siempre, ya desde sus inicios, buscó la forma de completar las colecciones que ya poseía adquiriendo nuevas obras.
Por sí mismo, el Museo del Prado adquirió más de 2300 obras y eso es solo hablando de las pinturas. Cabe tener en cuenta que se manifestó un mayor esfuerzo en completar y ampliar las colecciones que ya poseía, en vez de expandirse y buscar nuevas, es así que ha incorporado una gran cantidad de obras de Velázquez, Goya y Valdés Leal, por nombrar algunos.
Muchas de las obras que ha recibido el museo también surgieron a partir de la donación de artistas o grandes personalidades que en sus testamentos aclaraban que destinaban ciertas obras par ala institución. Algunas de estas donaciones también se realizaron en vida.
Vale destacar que, posiblemente, una de las obras más importantes y conocidas que ha recibido el Museo del Prado fue el Guernica, donada por el mismo autor y que se incorporó a la colección en 1981. Obra que actualmente se encuentra en el Museo Reina Sofía.
Visitar el Museo del Prado
En el año 2019 fue visitado por más de 3.200.000 personas de diferentes partes del mundo. Hoy en día el Museo del Prado está abierto al público en general y se puede visitar en cualquier momento de la semana, aunque es importante tener en cuenta que los horarios van variando dependiendo los días.
Se trata de una de las instituciones más importantes de España y del mundo, que atrae a turistas y amantes del arte que buscan encontrarse cara a cara con algunas de las obras maestras más importantes de la historia del arte de España.
Durante la semana, el Museo del Prado se puede visitar de lunes a sábado, desde las diez de la mañana hasta las 20 horas. Por otro lado, los días festivos y los domingos el horario de cierre es a las 19 horas, una hora antes que el resto de los días. Para el ingreso es necesario comprar una entrada general, la cual se puede adquirir de forma online a través de la página oficial de la institución, y se puede entrar a la institución hasta unos 30 minutos previos al cierre.
La institución cierra sus puertas tres días al año, siendo estos el 1 de Enero, 1 de Mayo y 25 de Diciembre, mientras que los días 6 de enero y 24 y 31 de Diciembre cuenta con horario reducido, recibiendo al público de 10 a 14 horas.
Un detalle no menor es que el Museo del Prado cuenta con una franja horario en la cual se puede ingresar de forma gratuita. Esta es de 18 a 20 horas de lunes a sábados, mientras de los domingos y días festivos corresponde al horario de 17 a 19 horas.
Respecto a las visitas guiadas, se pueden realizar pagando un plus sobre el precio de la entrada y tiene una duración de 90 minutos. El ticket para este recorrido acompañado se puede adquirir directamente en la taquilla y cuenta con horarios para tours en inglés y en español.
Cómo llegar al Museo del Prado
El Museo del Prado, o Museo Nacional del Prado, se Encuentra ubicado en la calle Ruiz de Alarcón 23, en la ciudad de Madrid, la capital de España. Forma parte de lo que se conoce como el «Paseo del Prado», también está cerca del «Paseo de El Retiro«, y se puede llegar allí por diferentes medios, utilizando el transporte público.
Para poder visitar institución utilizando el metro, hay dos opciones: por un lado, banco de España, línea 2; y, por otro, Atocha, línea 1. Mientras que para llegar en autobús se pueden usar varias líneas distintas, entre ellas la 9, 10, 14, 19, 27, 34, 37 y 45.
Este imperdible museo de la ciudad de Madrid, además, se encuentra cerca de varios puntos de referencia dentro de la capital, instituciones importantes que vale la pena aprovechar que están en un radio cercano. Entre estas se encuentran el Museo Reina Sofía y el Museo Thyssen-Bornemisza, dos museos que junto al Museo del Prado constituyen el «Triángulo del Arte», así como también el Real Jardín Botánico y la reconocida Fuente de Neptuno.