El icónico sitio arqueológico de Machu Picchu en Perú podría cerrar temporalmente sus puertas debido a las persistentes protestas que han paralizado la región y dejado a miles de turistas atrapados en medio de la incertidumbre.
El gobierno peruano anunció el lunes que está considerando la suspensión temporal de las visitas a Machu Picchu luego de cuatro días de intensas manifestaciones contra lo que algunos consideran una «privatización» de la venta de entradas a este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad.
La ministra de Cultura, Leslie Urteaga, señaló que los líderes de las protestas han planteado el cierre por razones de seguridad, dada la falta de diálogo para resolver la situación. Las manifestaciones han incluido cierres de comercios, marchas y bloqueos en la vía férrea, lo que ha complicado enormemente el acceso al lugar.
Durante el fin de semana, más de 1200 turistas, tanto nacionales como extranjeros, fueron evacuados en tren debido a las interrupciones en el servicio y los bloqueos en las carreteras. La suspensión del servicio de tren, que es el principal medio de transporte hacia el sitio, ha estado vigente desde el viernes, exacerbando la tensión y la incomodidad de los visitantes.
El gobierno ha manifestado su disposición a dialogar con los manifestantes, pero solo si levantan la «huelga» que está causando pérdidas significativas, estimadas en un millón de soles al día.
Las protestas surgieron como respuesta a la decisión del Ministerio de Cultura de contratar a una empresa privada para gestionar la venta en línea de las entradas a Machu Picchu. Aunque el gobierno argumentó problemas con su plataforma de venta, posteriormente denunció corrupción en la gestión de los boletos vendidos en ventanilla y cedió la venta a la empresa peruana Joinnus.
El ministro de Economía, Alex Contreras, expresó su preocupación por la negativa imagen que las protestas proyectan del país y el impacto negativo en el turismo, instando a encontrar una solución que beneficie a todos los involucrados.
Machu Picchu, un Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1983, se erige como uno de los destinos turísticos más emblemáticos del mundo, recibiendo en promedio 4500 visitantes diarios. Sin embargo, las tensiones políticas y las disputas sobre su gestión han puesto en riesgo su accesibilidad y su estatus como maravilla histórica y cultural.
