Una tragedia: cerca de cuatro millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones que han causado los monzones en el sur de Asia, según informaron fuentes oficiales el pasado viernes.
Las inundaciones «se están convirtiendo rápidamente en unas de las más importantes de los últimos años en Bangladesh, India y Nepal», afirmó Antony Balmain, funcionario de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
El monzón, que se produce habitualmente entre junio y septiembre, es crucial para la economía del subcontinente, pero también genera destrucción y muerte en la región.
En Asam, en el noreste de India, más de 2,1 millones de personas han sufrido desde mediados de mayo las tormentas y al menos 50 pobladores han muerto según fuentes oficiales. En Nepal, al menos 50 personas murieron en deslizamientos de terreno e inundaciones.
Los habitantes y los servicios de socorro se enfrentan a una doble amenaza: las inundaciones y el nuevo coronavirus, que en Asam ha contaminado a más de 17.000 personas.
«Estas van a ser las peores inundaciones en una década» afirmó a la AFP el responsable del centro de previsión meteorológica de Bangladesh, Arifuzzaman Bhuiyan.
En tanto, en Indonesia las autoridades anunciaron que al menos 15 personas fallecieron y decenas más están desaparecidas este martes tras las súbitas crecidas que anegaron centenares de viviendas en la isla de Célebes.
Algunas de las viviendas han quedado enterradas por el fango que arrastró la corriente después de las copiosas lluvias que caen en la zona y que propició el desbordamiento de tres ríos en el distrito de Luwu Norte, informa la agencia para la mitigación de desastres.
Los equipos de emergencia ya se encuentran sobre el terreno para las tareas de búsqueda y rescate de quienes puedan haber quedado atrapados dentro de los edificios. Además, una decena de personas están siendo tratadas en hospitales de la provincia con heridas causadas durante la inundación.