El jaguar es considerado como el felino más grande de América; y el tercero del mundo, después del tigre y el león.
El jaguar, yaguar o yaguareté pertenece a la subfamilia de los Panterinos y género Panthera, y es la única de las cinco especies actuales de este género que se encuentra en el territorio americano. Se trata de una especie que habita principalmente en zonas tropicales secas y húmedas, pero también puede vivir en matorrales áridos: su distribución actual se extiende desde el extremo sur de Estados Unidos continuando por gran parte de América Central y Sudamérica hasta el norte y noreste de Argentina.
Esta especie, conocida oficialmente como Panthera onca, se enfrenta ya desde hace muchos años a situaciones que atentan contra su supervivencia. Entre ellas, podríamos mencionar la reducción de su hábitat en todo el continente y el resurgimiento del tráfico de ejemplares como este. En consecuencia, se trata de un tema que preocupa y ha de ocupar a los gobiernos de numerosos países latinoamericanos y ambientalistas dedicados a reforzar su protección de manera tal que puedan trabajar en la conservación de la especie.
Así es como países como Costa Rica, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina se han aliado bajo el objetivo de pedir la introducción del jaguar en los Apéndices I y II de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres. Este tratado, también conocido como Convenio de Bonn, persigue conservar las especies marinas y terrestres y de aves migratorias en todo su ámbito de aplicación.
En efecto, la iniciativa fue aceptada por consenso general durante el encuentro COP 13 de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS) que se realizó en Gandhinagar, India y que culminó el pasado 22 de febrero con la participación de más de 2500 personas.
Con esta decisión, el organismo internacional ha decidido elevar al máximo nivel de protección para este felino presente en 19 países del continente —desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina— y declarado extinto en Uruguay y El Salvador.
De esta manera, se obligará a los estados que albergan parte del hábitat de la especie del jaguar a tomar todas las medidas necesarias para protegerlos, lo cual incluye conservar y restaurar ecosistemas y eliminar los obstáculos que impiden la migración.
Como mencionamos anteriormente, y de acuerdo con datos del Fondo Mundial para la naturaleza, el jaguar está prácticamente extinto en Estados Unidos, El salvador y Uruguay.
Desafortunadamente, su situación en otros países tampoco es muy favorable: México también comprende uno de los 18 países en los que aún sobrevive esta especie, pero esta especie que habitaba en gran medida en regiones tropicales y subtropicales como Sonora y Tamaulipas, costeras del Golfo de México y del Pacifico, Chiapas y Yucatán, en los últimos años ha perdido más del 40 por ciento de su distribución. Y, ante esto, la deforestación se convierte en uno de sus mayores riesgos que lo exponen al peligro de extinción.
[Video] Una boa lampalagua atacó un puma y la intervención de personas locales desata la polémica sobre su actuación
El inesperado episodio ocurrió en la localidad de Las Lajitas, provincia de Salta, en el noroeste de Argentina. Allí, un grupo de trabajadores rurales que recorrían caminos de tierra en pleno campo se encontraron con una increíble imagen.
A juzgar por el registro que ellos mismos tomaron con sus teléfonos, se puede observar la presencia de una boa lampalagua junto a un puma yaguarundí. Según han indicado los especialistas y guardaparques de la zona, las dos especies se encuentran en peligro de extinción por lo que resulta algo difícil verlas y distinguirlas en los caminos.
El puma yaguarundí, también llamado gato moro, es un mamífero carnívoro que habita en áreas protegidas de Córdoba, San Luis, Entre Ríos, Norte argentino y algunas regiones de Latinoamérica. En cuanto a la boa lampalagua, se trata de un ejemplar de “boa constrictor occidentalis”, una de las más grandes de Argentina. La misma posee un comportamiento solitario y más bien nocturno y rara vez se manifiesta con ataques al hombre, aunque se debe tomar precaución ante ella debido a su tendencia a la mordedura cuando se ve amenazada o tiene hambre, aún así la persona resulta exenta de peligro ya que es carente de veneno.
Aún así, la sorpresa fue cuando descubrieron que la boa había ‘tomado’ al puma, enrollándose entre su cuerpo y reteniéndolo de manera tal que no pudiera moverse. Una reacción común en este animal, quien normalmente actúa asfixiando a su presa para luego comerla. Continuar leyendo…
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