Haces reservas en restaurantes, seguro. Pero, ¿qué hay de reservar con anticipación solo para conseguir un lugar en la arena de la playa?
Eso es exactamente lo que algunos amantes de la playa tendrán que hacer en España este verano, debido a las recomendaciones de aislamiento.
Canet d’en Berenguer, una ciudad mediterránea ubicada justo al norte de Valencia, solo permitirá que 5.000 bañistas diarios permanezcan en sus playas locales, alrededor de la mitad del número habitual, para mantener el distanciamiento social.
Estos espacios deberán reservarse con anticipación a través de una aplicación de teléfono móvil.
«Este verano será muy diferente», dijo a CNN Pere Joan Antoni Chordá, alcalde de la ciudad. «Habrá más espacio entre tu vecino. Como una playa de ‘clase ejecutiva'». Canet usará un patrón de cuadrícula para dividir su amplia playa plana en secciones cuadradas, cada una separada por dos metros (seis pies).
Las secciones se delinearán colocando una serie de redes en la arena que parecen enormes redes de portería de fútbol para acomodar a grupos más grandes de bañistas. Los visitantes de la playa podrán reservar una sesión para tomar el sol por la mañana o por la tarde, pero no durante todo el día.
Según el alcalde, los bañistas pueden reservar cualquier área disponible, al igual que seleccionar asientos en línea en una sala de cine, y los horarios de llegada serán escalonados para evitar multitudes.
Los puntos de acceso a la playa también se deben reducir.
Una vez que lleguen y confirmen su reserva con el personal, los visitantes de la playa serán conducidos a su sección asignada.
Antoni considera que las reservas anticipadas y los tiempos de llegada escalonados son una medida esencial.
«No podría controlar el flujo de personas [sin las nuevas medidas]. Estarían todos juntos, contaminándose unos a otros», explica.
Canet d’en Berenguer no es la única ciudad española que opta por limitar el acceso a la playa este verano. En Galicia, en el Océano Atlántico, Sanxenxo solo permitirá la entrada de los que toman el sol por orden de llegada.
Sin embargo, el alcalde Telmo Martin dice que no le preocupa que se formen multitudes en los puntos de acceso a la playa.
«El turismo es el 80% de nuestra economía», le dice Martin a CNN. «Tenemos que encontrar soluciones para que nuestra gente se sienta segura, desde el punto de vista de la salud. Pido la responsabilidad de todos».
Sanxenxo, situado a solo una hora en coche al norte de la frontera portuguesa, tiene como objetivo permitir un máximo del 75% de sus bañistas normales.
La ciudad, uno de los principales destinos turísticos del norte de España, también está optando por patrones de cuadrícula de secciones para tomar el sol con al menos 1,5 metros (cinco pies) entre ellos, en su playa principal
Además, según Martin, se agregarán postes de madera con cuerdas unidas para formar pequeños cuadrados para solo unos pocos bañistas, o más grandes para un grupo más grande.
Los trabajadores de la ciudad deben controlar el acceso a la playa, acompañando a los bañistas a cada sección.
Sin embargo, los amantes de la playa ya no podrán ocupar un lugar todo el día simplemente dejando sus toallas sobre él.
Si salen a almorzar, pierden su lugar ante los demás, dice Martin.
Ambas ciudades planean limpiar las playas con más frecuencia que en veranos anteriores, con Canet levantando las gruesas redes de la arena cada mañana para dejar pasar las máquinas de limpieza.
En Sanxenxo, las máquinas de limpieza simplemente atravesarán las hileras de postes de madera, como un tractor a través de viñedos. Los baños públicos y las áreas de duchas también se desinfectarán regularmente.
Si bien ambas ciudades esperan abrir sus playas en junio, las fechas confirmadas dependerán en última instancia de la desescalada del estado de emergencia de España, que ha estado vigente desde el 14 de marzo.
El gobierno español acaba de comenzar a levantar lentamente las estrictas restricciones de confinamiento en el hogar, pero cualquier cambio adicional depende de las bajas tasas de infección en territorios específicos que, según las autoridades, deben tener hospitales equipados y listos para manejar una segunda ola potencial de coronavirus.
«Es nuevo para todos nosotros», dice Martin, miembro del conservador Partido Popular, que ha sido alcalde de Sanxenxo durante un total de ocho años en dos períodos.
«La gente ya me dice que quieren aún más espacio en la playa», dice Antoni Chordá de Canet, miembro del Partido Socialista que fue elegido alcalde hace solo ocho meses.
Canet ha presupuestado 500,000 euros ($ 542,000) para su plan especial de playa este verano, mientras que Sanxenxo incluirá su plan especial dentro de su presupuesto de 3.5 millones de euros ($ 3.8 millones) para actividades de verano, dicen los alcaldes.
Ambas ciudades tienen poblaciones permanentes más pequeñas que se cuadruplican en el verano, cuando los residentes de medio tiempo acuden en masa a sus casas de vacaciones, y los turistas que pasan o se alojan en hoteles en la ciudad visitan las playas.
Reservaciones o no, el verano en estas dos ciudades será una prueba de si los bañistas pueden permanecer en sus áreas asignadas, y en gran medida mantenerse separados de los demás, dicen ambos alcaldes.
