Un hombre y dos perros. Una historia de amor, fidelidad y adversidad es la que tiene como protagonista a Michael Graef, un joven argentino de 29 años que ha quedado varado en la ciudad de Lima, Perú, debido a la pandemia de coronavirus.
Michael es precisamente oriundo de Misiones, provincia situada en el noreste del país. Había abandonado su hogar hace unos dos años, cuando decidió vender la vivienda en la que radicaba para viajar como mochilero en un recorrido por América Latina.
Fue en este proceso de aventura y descubrimiento del mundo que Michael conoció a Nilo y Chamo, sus dos perros que fueron adoptados por él mientras se encontraba de visita por Colombia y Ecuador.
Ambos se encontraban abandonados en la calle, y Michael no quiso dejarlos librados a su suerte así que decidió cobijarlos para hacerlos parte de su nueva familia. Este punto es importante y central para la historia que desafortunadamente que involucra a Michael.
Resulta que, mientras el joven se encontraba de paso por Perú y por motivos de público conocimiento, el país decidió decretar la cuarentena obligatoria, obstaculizando el regreso de Michael hacia Argentina por vía terrestre.
Según ha trascendido en otros medios locales, Michael se hizo presente en el consulado argentino para solicitar ayuda y así regresar en uno de los vuelos humanitarios dispuestos por ambos gobiernos para la repatriación de habitantes.
Fue tal su «suerte», que Michael efectivamente consiguió un lugar para regresar. Él podría volver de manera inmediata a suelo argentino, pero cuando finalmente consiguió un lugar no permitían que sus mascotas viajaran con él. En efecto, Michael prefirió renunciar a dicha oportunidad y cederle su lugar a otra persona que lo necesite:
«Ellos son mis amigos y me vienen cuidando desde hace bastante tiempo, son un sustento emocional para mí, yo no pienso dejarlos acá . En todo caso me iría caminando , pero ellos vendrían conmigo«
Palabras de Michael en una entrevista con el medio peruano Cuarto Poder.
Además, Michael agregó en detalle cómo fue la secuencia desde que se comunicó con el Consulado hasta que le informaron que debería abandonar a sus perros como ‘requisito’ si quería volver al país: «Cuando llegué a Lima me instalé en el consulado y a los dos días me atendió el cónsul y hable personalmente con él y me consiguió pasaporte provisorio, vio mi situación, hasta conoció a los perros… Después ya estaba todo listo para volver, pero me dijo que el vuelo del Hércules tenía capacidad reducida, y no me iba a dejar subir con los perros, aunque los dos tienen libreta sanitaria al día y muy buena conducta«.
Como comentábamos inicialmente, esta historia tiene a la fidelidad entre Michael y sus perros como gran condimento de amor. El joven los rescató al notar su estado de abandono y no piensa repetir aquel cruel acto que cometieron sus dueños iniciales.
«Ellos han pasado hambre y no me han abandonado . Esto es un mensaje de amor, dentro de tantas cosas malas que están pasando, mi idea es mostrarle al mundo que tiene que haber unión entre todos»
Mientras tanto, Michael pasa los días subsistiendo gracias a las donaciones que le hacen los ciudadanos peruanos, y a la espera de una pronta respuesta del consulado argentino que le permita regresar a su país a bordo de un vuelo humanitario que esta vez sí le permita retornar con sus perros y su bicicleta.
GRAN SER HUMANO????
— #SosRescate ????????| Adopten, Ayuden, Donen (@rescate_sos) June 9, 2020
Michael Graef ciudadano argentino no regresa a su país en vuelo humanitario por no abandonar a sus dos amigos, sufrió el robo de sus pertenencias. Si deseas donar alimento, víveres, ropa etc, pueden llamarlo al 933 708 882.#Solidaridad#MasPersonasAsi de buenas pic.twitter.com/HNrC1gqNhP
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