Las ruinas arqueológicas, conocidas con el nombre de Jabal Maragha en el desierto de Bayouda en Sudán, desaparecieron a manos de buscadores de oro.
Según informó el sitio Africa News, los buscadores de oro utilizaron maquinaria pesada para cavar una especie de trinchera y de esa manera acelerar la búsqueda. Eso mismo fue lo que generó la destrucción completa del lugar, es muy poco lo que permanece de las ruinas de más de 2000 años. El arqueólogo Habab Idriss Ahmed dijo que él y su equipo habían estado trabajando en el sitio durante un mes en 1999.
«En ese momento era un lugar hermoso y tranquilo, nadie lo había tocado. Pero hoy, cuando llegué, no podía creer cómo había sido destruido«, dijo el arqueólogo. Mientras tanto, el director de antigüedades y museos de Sudan, Hatem al-Nour, explicó que hay muchos intentos de atacar sitios arqueológicos. Respecto a lo que sucedió en Jabal Maragha dijo que «Este ataque es un golpe fuerte porque era un sitio diferente que tenía mucha información que se podía utilizar para investigar la historia de Sudán«.
La trinchera que hicieron tenia alrededor de 17 metros de profundidad y 20 metros de largo. Además, la arena del lugar estaba muy marcada con la huella de las ruedas de los vehículos con los que transportaban toda la maquinaria. Cuando el equipo llegó al lugar encontraron dos excavadoras mecánicas y cinco hombres trabajando.
Según informó The Jakarta Post, los buscadores de oro fueron trasladados a la comisaría pero los liberaron a las horas. «Los tendrían que haber metido presos y confiscado sus máquinas. Hay leyes para eso», dijo Mahmoud al-Tayeb, un experto que solía formar parte del departamento de antigüedades de Sudán.
Las ruinas arqueológicas de Jabal Maragha se remontaban a la época del Reino de Meroe, que abarcó desde 350 a.C. hasta el 350 d.C. y puede que haya sido un pequeño asentamiento o puesto de control para cuidar las fronteras del reino.
Sudán es un lugar que cuenta con cientos de pirámides y lugares antiguos, aunque no sean tan conocidos como los de Egipto, y, según diferentes arqueólogos, la destrucción de sitios como estos es un problema que está creciendo. al-Nour también afirmó que «al menos cien han sido destruidos o dañados» por buscadores de oro.
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