Ella es Lucía Salinas, una periodista argentina que aprovechó su último día en París para visitar la famosa iglesia junto con su amiga. Pero sin saberlo, ellas presenciaron la última misa de la catedral antes del incendio.
«Minutos después de haber entrado junto a un centenar de turistas, comenzaron a sonar las alarmas. Nos pedían por altavoz que por razones de seguridad debíamos retirarnos», contó la periodista de Clarín.
La mujer tomó las imágenes de la última misa de la catedral de más de 800 años:
«Una alarma nos paralizó a todos. Nadie esperaba escuchar ese sonido en plena misa. Por los altavoces, un sonido anticipó el mensaje de una voz que nos dijo, en francés e inglés, que debíamos retirarnos de forma urgente del lugar por razones de fuerza mayor», contó Lucía.
Una periodista del diario argentino Clarín estaba en la misa que se celebraba en la catedral de Notre Dame cuando se desató el incendio.
«Allí nos cruzamos con la cola de los turistas que, sin saber lo que ocurría, esperaba para entrar a ver ese lugar maravilloso que habíamos visto nosotras pocos minutos antes. Tenían, supongo, exactamente la misma ilusión que todos nosotros».
La mujer contó a los medios que el desalojo se produjo «en absoluto orden y en pocos minutos» los evacuados permanecieron en la plaza «durante un largo rato porque al principio no estaba del todo claro la gravedad del incendio ni se veían grandes focos de fuego».
«Al principio no entendíamos muy bien qué estaba pasando. Nunca hubo una situación de pánico hasta que las puertas de la catedral se cerraron completamente», explicó Lucía.
En las tareas de extinción del incendio participaron 400 bomberos y se utilizaron 18 mangueras. «El gran logro de los bomberos fue impedir que el fuego se extendiera hasta el campanario de la torre norte», indicó el jefe de los bomberos parisinos, Jean-Claude Gallet.
La Corona de Espinas se salvó gracias a un valiente sacerdote que entró a Notre Dame mientras se quemaba
Un sacerdote francés se convirtió en un héroe para muchos por ingresar a la Catedral de Notre Dame mientras se quemaba para salvar la invaluable reliquia de la Corona de Espinas.
Según The Guardian, Jean-Marc Fournier, capellán de la brigada de bomberos de París, insistió en entrar a la catedral en llamas. Se unió a una cadena humana para entrar en el edificio y recuperar tanto la Corona de Espinas como el Santísimo Sacramento.
