5 ciudades para enamorarse del norte de India

leh india
Redactor
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La India es uno de esos lugares del mundo al que todo viajero debe ir alguna vez.

Incontables culturas tan antiguas como extraordinarias hacen erupción en miles de colores, idiomas, dioses y tradiciones diferentes. La impermeabilidad hacia los valores y las costumbres de occidente es una característica que se repite, y que se siente al llegar a un rincón del planeta tan alejado de nuestra zona de confort, pero que de inmediato cautiva el corazón de los viajeros más curiosos.

Cada región del país es un mundo en sí mismo y es en el norte de India, en esa tierra montañosa y fluvial, de templos budistas y mezquitas musulmanas, de paisajes extraordinarios, de paseos en bote, de palacios, jardines y miradores, y de la gente más hospitalaria, donde nosotros nos enamoramos definitivamente del país.

¿Qué estamos exagerando? ¿Qué la India se termina en el Triángulo de Oro? Éstas son las 5 ciudades que amamos (y que vas a amar vos también) del norte de India:

1. Amritsar

amritsar

La ciudad del Templo de Oro es uno de los lugares más extraordinarios que hemos visitado. Ubicada en el estado de Punjab, es una ciudad mundialmente reconocida porque allí nadie pasa hambre ni duerme en la calle. ¿Por qué? El Golden Temple es el epicentro de la religión Sikh, y en su gigantesca extensión se abren las puertas todos los días a toda persona que busque su hospitalidad, sin importar nacionalidad, raza ni religión.

Sí, entendieron bien, allí se puede comer y dormir gratis. De hecho han construido habitaciones especiales para los visitantes extranjeros, a los que sólo se les pide una pequeña donación antes de irse a cambio de la increíble hospitalidad del templo. La experiencia de dormir, comer y socializar en el Golden Temple durante un par de días, además de disfrutar de la belleza indiscutible del mismo y de la ciudad a su alrededor, hacen de Amritsar una parada obligatoria en cualquier viaje al norte de India.

Si aún tiene hambre de otra experiencia surreal mientras están en la ciudad, pueden ir a ver la Ceremonia de Wagah Border en la frontera con Pakistán. Allí verán mucho de lo que representa a la cultura india: la música, el baile y la competitividad (sobre todo con cualquier cosa relacionada a su mayor rival y vecino, Pakistán).

2. Dharamsala

Dharamsala

El nombre de ésta ciudad ubicada en el estado de Himachal Pradesh significa literalmente “casa de descanso espiritual”, y la combinación paisajística que la rodea sin dudas hace honor a su nombre. Pero por si las largas caminatas por los montes de abundante vegetación, cascadas y ríos, atravesando pequeñas aldeas montañesas, no son suficientes
para llamarles la atención, hay un hecho que atrae a millones de personas de todo el mundo a la ciudad cada año: Allí es donde actualmente vive el Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano, junto con la mayor parte del pueblo exiliado del Tíbet por las fuerzas chinas en los ´60.

Esto ha generado que en la ciudad se viva a un ritmo mucho más relajado que en el resto del país. Abundan los templos budistas, las ruedas de oración y los puestos de artesanías tibetanas.

3. Manali

Manali

Un poco más al norte llegamos a la ciudad más hermosa de esta región de India: un paradisiaco pueblo rodeado de una vegetación abundante y atravesado por el caudaloso río Beas, tapizado en el fondo por los picos nevados del Himalaya, perfectamente visibles en un día despejado.

El pueblo se divide en New Manali, donde se ubica la zona comercial, y Old Manali, un área que ha ido creciendo en los últimos años como consecuencia del turismo, y donde actualmente se percibe una vibra bohemia resultado de la llegada constante de jóvenes viajeros. Además de ser el punto de partida de numerosos trekkings, y de estar rodeada de aldeas y pueblos igualmente pintorescos como Naggar y Vashist, la ciudad también cuenta con unos cuantos monasterios budistas bien dignos de una visita.

4. Srinagar

Srinagar

La capital de verano del estado de Jammu y Kashmir, el más septentrional del país, es una antigua ciudad fluvial castigada por el intermitente conflicto indio – pakistaní. Si bien es recomendable investigar sobre el estado de la situación antes de viajar, Srinagar es definitivamente una ciudad a tener en cuenta.

Sus canales y sus shikaras (botes) le han ganado el sobrenombre de la Venecia de India, y hasta se puede dormir una de las abundantes house boat que ofrecen servicio de alojamiento en el mismo río. Un paseo en shikara por el sagrado Lago Dal al atardecer puede ser casi tan hermoso cómo admirar la vista de toda la región desde el mirador de 360° ubicado alrededor del templo – atención al trabalenguas – Shankaracharya,
construido hace más de 2000 años.

Y si aún les quedan energías, pueden dar un paseo por los pintorescos Jardines Botánicos y por los antiguos Jardines Mughal, ambos sumamente recomendados para los amantes de la fotografía.

5. Leh

Leh

Ubicada a 3500 metros sobre el nivel del mar, está aislada ciudad difícilmente se pueda relacionar con la imagen que uno tiene de la India. Las calles limpias, el aire frío y los montes áridos que la rodean son las razones más obvias, pero también esta ese ritmo tranquilo que se vive en los pueblos pequeños, sobre todo en las montañas.

Uno de los bastiones del budismo en el norte de India, es el punto de partida de una considerable cantidad de trekkings que se adentran en el Himalaya, a los que se puede acceder a través de una agencia de viaje, o alquilando una moto y recorriendo por cuenta propia (opción muy popular entre los viajeros).

Pero para los no quieran alejarse demasiado de la comodidad de su hostel, aún hay lugares extraordinarios para conocer en el pueblo mismo: El Palacio de Leh, construido a imagen y semejanza del Palacio de Lhasa (ciudad sagrada y capital del Tíbet), es una imponente estructura que reposa en la cima de un monte, justo debajo del impresionante Monasterio Namgyal Tsemo, tal vez el edificio más hermoso de Leh, construido en piedra blanca y roja. La vista desde estos dos lugares es simplemente alucinante.

Para terminar de cansar las piernas pueden visitar la Estupa Shanti, que forma parte de la Pagoda de la Paz, y cuenta con un mirador casi tan impresionante como el del Palacio de Leh.

Sin dudas el norte de India esconde mil secretos más, mil lugares esperando a ser descubiertos por los más curiosos de los viajeros. Es una tierra cambiante y hermosa, de paisajes alucinantes, pueblos pintorescos, gente amable y culturas tan antiguas como fantásticas. ¿Los convencí?

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