Durante la Segunda Guerra Mundial, la pequeña aldea de Łupków en Polonia ha quedado casi destruida por completo. Hoy, en aquella localidad solo quedan algunos restos de este poblado, incluyendo los cimientos de una iglesia, un campanario y un cementerio abandonado.
Se trata de todos espacios desatendidos por décadas, tanto que parecen configurarse como elementos que han sido reclamados por la naturaleza de maneras sorprendentes. Un ejemplo de ello, es una sorprendente escultura de Jesús que ha sido absorbida por el tronco de un árbol:
Su forma sugiere que esta pequeña estatua negra solía ser una representación estándar de Jesús en la cruz. Sin embargo, el bosque circundante se ha apoderado lentamente de esta pequeña pieza, dejando solo la cabeza, el torso y los muslos a la vista del espectador.
Cerca del lugar, las cruces de madera que alguna vez se usaron para marcar las tumbas también se han fusionado con árboles, y las lápidas están camufladas con musgo y hojas altas. Las últimas personas en ser enterradas en este cementerio olvidado fueron soldados que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.
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