El Salvador planea abrir una “mega prisión” luego de que alrededor de 50,000 presuntos miembros de pandillas fueran arrestados como parte de la represión del gobierno contra los grupos criminales.
La nueva prisión se encuentra actualmente en construcción, y los funcionarios la describen como una medida necesaria para albergar a las decenas de miles de reclusos que han sido capturados en el país.
En marzo, el presidente Nayib Bukele anunció el estado de emergencia luego de una serie de asesinatos relacionados con pandillas de poderosos sindicatos como los grupos MS-13 y Barrio 18.
Como parte de las circunstancias bajo el fallo, las autoridades pueden realizar arrestos sin órdenes judiciales de personas que creen que están involucradas en delitos relacionados con pandillas, como tráfico de drogas, extorsión y guerras territoriales.
La custodia policial se incrementó de tres a cinco días, mientras que una reforma del código penal significó que las sentencias se quintuplicaron a hasta 45 años.
El estado de excepción se ha renovado cada mes desde marzo, y el martes (16 de agosto) las autoridades lo extendieron una vez más hasta mediados de septiembre.
Mientras hablaba con los tomadores de decisiones sobre la extensión, el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, dijo, según Al Jazeera: “Hemos impactado fuertemente las estructuras terroristas. Hemos sido testigos de cómo los salvadoreños pudimos disfrutar de las vacaciones más seguras de la historia”.
Mauricio Arriaza, director de la Policía Nacional Civil, agregó: “Podemos informar al pueblo salvadoreño que ya llegamos a las 50.000 detenciones registradas durante el período del régimen de emergencia”.
Una abrumadora mayoría -66 de una asamblea de 84 escaños- votó a favor de la reciente renovación, lo que demuestra el fuerte apoyo a la represión de Bukele contra los grupos criminales en el país, que ha sido un foco suyo desde que llegó al poder en 2019.
Pero desde 2021, su gobierno ordenó el cierre de las cárceles en las zonas urbanas a favor de los institutos rurales, lo que ha provocado la escasez de espacio para la cantidad sin precedentes de detenciones.
Para alojar a los reclusos, Bukele anunció en junio la construcción de la megacárcel, a la que llama Centro de Confinamiento del Terrorismo.
Ubicado en Tecoluca, un municipio en el corazón de El Salvador, el centro tendrá capacidad para albergar a 20.000 reclusos, según El Salvador Info.
A través de Twitter para anunciar el inicio de su construcción, Bukele dijo: “Les presento la construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo.
“En esta guerra contra las pandillas y gracias al Régimen de Excepción hemos detenido a más de 40.000 terroristas. Pero aún hay un largo camino por recorrer.»
El medio continuó diciendo que la prisión tendrá ocho pabellones, así como 2,000 metros de muro perimetral con una cerca eléctrica adicional.
Algunos han criticado al gobierno por lo que alegan es una falta de transparencia sobre los planes, mientras que otros han dicho que la represión ha llevado al encarcelamiento de personas inocentes.
El movimiento Alianza por la Paz dijo que había recibido 500 denuncias por detenciones inmotivadas, mientras que Apolonio Tobar, el defensor de los derechos humanos de El Salvador, dijo que su oficina tenía 28 investigaciones en curso sobre las muertes de personas que murieron bajo custodia policial bajo el estado de excepción.
Juan Pappier, investigador sénior para las Américas de Human Rights Watch, escribió sobre la situación: “Cualquier iniciativa sería destinada a desmantelar las pandillas y reducir el crimen debe abordar las causas estructurales de la pertenencia a pandillas”.
Continuó diciendo que estos incluyen la «marginación social que lleva a los jóvenes a las pandillas» y la «falta de programas de rehabilitación para ofrecer a los ex pandilleros oportunidades de empleo y educación».
