La ciencia ficción nos transporta a mundos extraordinarios, pero a veces, la realidad supera la imaginación. Avatar, la épica cinematográfica de James Cameron, deslumbra con sus paisajes exóticos, pero ¿sabías que la inspiración para Pandora está anclada en nuestro propio planeta?
En el norte de China, en la provincia de Hunan, se encuentra un tesoro natural: el Parque Nacional Forestal de Zhangjiajie. Este vasto bosque, con sus imponentes columnas de piedra, es la viva imagen de los escenarios de Avatar.
Entre las brumas y las nubes, emergen formaciones rocosas que desafían la realidad. Cientos de pilares boscosos, algunos alcanzando hasta un kilómetro de altura, se elevan majestuosamente desde el suelo. Sus contornos caprichosos y su exuberante vegetación cautivaron la imaginación de Cameron.
Una columna en particular, la «Columna del Cielo del Sur«, se erige como un símbolo de gracia y esbeltez. Con casi mil cien metros de altura, su base angosta y su cima amplia dan la ilusión de flotar en el aire, una imagen que inspiró las Montañas Aleluya flotantes de Pandora.
El éxito arrollador de Avatar desencadenó una avalancha de turistas hacia Zhangjiajie, convirtiéndolo en un destino de ensueño para los amantes de la naturaleza y los fanáticos de la película.
Sin embargo, en China, la relación con Avatar tomó un giro inesperado. A pesar de su inicial permisividad, el gobierno retiró la película de los cines después de dos semanas, temeroso de las resonancias sociales que la historia de los Na’vi podría tener en un país marcado por las tensiones territoriales.
Pero el legado de Avatar perdura. Las columnas boscosas de Zhangjiajie continúan atrayendo a millones de visitantes cada año, recordándonos la poderosa conexión entre la imaginación y la realidad, entre los mundos que soñamos y aquellos que exploramos aquí, en la Tierra.
