La solidaridad se movilizó en la ciudad italiana de Bolonia para ayudar a Arnaldo, un hombre de 83 años que desde julio pasado vivía en el aeropuerto Marconi porque ya no podía permitirse el lujo de pagar el alquiler.
Una historia que destacó la edición local de La Repubblica y por la cual se movilizó el Ayuntamiento y Cáritas. Arnaldo es un jubilado originario de Vignola (Módena), fue consultor de vinos pero en los últimos años, con su pensión, ya no podía permitirse un piso. Primero, llegó a los servicios asistenciales de su ciudad y luego optó por buscar un refugio en el aeropuerto de Bolonia.
En el verano dormía afuera «para no ser una molestia». Luego, con el frío, encontró reparo en el interior de la zona de check-in, donde halló una humanidad inesperada. Vivía allí desde el pasado julio y se transformó en un miembro «de la familia» para los trabajadores del aeropuerto.
Arnaldo preparando su zona para dormir Arnaldo preparando su zona para dormir YouTube / Fanpage.it
Uno más. Le dieron una bolsa de dormir, las azafatas le ofrecían café y comidas durante el día y tenía un periódico disponible en el quiosco. Sus días estaban marcados por encuentros con los pilotos, con pasajeros y con cualquiera que pasaba por el aeropuerto.
Una historia parecida. Una historia que por algunos rasgos evoca al personaje de La Terminal interpretado por Tom Hanks, quien quedaba atrapado en un aeropuerto por razones burocráticas porque su país de origen había desaparecido.
Pero a veces las historias tristes tienen un final feliz. Es lo que le sucedió a Arnaldo. Su historia llegó a la televisión de Italia y una mano amiga que no quiso dar a conocer su identidad le entregó las llaves de una casa para que pase allí el resto de sus días y solo tenga que volver al aeropuerto para saludar a sus amigos.
