Lo que parecía un vuelo rutinario terminó convirtiéndose en una historia insólita. Un avión de Ryanair con destino a Alemania permaneció en tierra durante dos días en el aeropuerto de Roma, después de que la tripulación descubriera un gato polizón escondido en el interior de la aeronave.
El incidente ocurrió cuando, antes del despegue, los miembros de la tripulación escucharon maullidos provenientes de la bodega. Al inspeccionar la zona, el equipo de mantenimiento localizó al felino dentro del compartimento eléctrico del Boeing 737, un lugar clave para el funcionamiento del avión.
Cada intento por atraparlo solo complicaba la situación: el animal se adentraba cada vez más en los recovecos del sistema, lo que encendió las alarmas de seguridad. Los técnicos advirtieron que, si el gato permanecía allí durante el vuelo, podía ocasionar fallas graves e incluso catastróficas.

Finalmente, tras casi 48 horas de espera en una pista auxiliar, la suerte estuvo del lado de todos: una puerta quedó abierta y el gato salió por sí mismo, sano y salvo.
El vuelo pudo reprogramarse y despegar sin mayores inconvenientes, pero la anécdota quedó grabada tanto para la tripulación como para los pasajeros, que jamás imaginaron que su viaje dependería de los caprichos de un gato explorador.





