No hay turista que abandone París sin antes comerse uno de sus populares crêpes, una tortita muy fina de harina, leche y huevos, que suele servirse enrollada y con un relleno dulce o salado. Sin embargo, el ayuntamiento de la capital francesa reconoce que algunos vendedores ambulantes están llevando a cabo «prácticas sanitarias peligrosas» al guardar la masa en las cloacas, según desvela el periódico local Le Parisien.
De acuerdo con esta información, los casos se han detectado en los puestos que se ubican en el parque que rodea a la emblemática Torre Eiffel. La policía gala ha detectado que los vendedores guardan la mezcla líquida debajo de las tapas de la vía pública, en los agujeros del alcantarillado o las arquetas del agua o la luz.
Las autoridades francesas aseguran que no solo se guardan ahí las masas, sino que estos vendedores ambulantes usan estos espacios para almacenar otros productos como bebidas, carne o mazorcas de maíz.
«En cada intervención, los policías incautaron y destruyeron 30 kg de mercancía. Durante la semana del 11 al 16 de septiembre incautaron 380 botellas de agua, 50 de vino, 200 de cerveza y 90 mazorcas de maíz», explican los responsables del distrito a este medio.
Según recoge este periódico, esta práctica insalubre afectaría principalmente a los cientos de turistas que visitan los alrededores de la Torre Eiffel. Por eso, piden prudencia a la hora de comprar cualquier tipo de productos en estos puestos ambulantes.
«Debemos advertir a los consumidores potenciales, a menudo turistas, de la peligrosidad de los productos a la venta, porque es un auténtico problema de salud pública«, asegura el teniente de alcaldía de París, Nicolas Nordmanque, a Le Parisien.
