La medida declarada por las autoridades australianas durante las primeras horas de este jueves representan un gran estado de alerta para la región de Nueva Gales del Sur.
En especial, la medida de alerta rige para su ciudad capital y la más grande, Sídney, por el riesgo ante la presencia de gases tóxicos. Como consecuencia de numerosos incendios forestales, se han generado nubes de humo tóxicas alcanzando la zona.
Un centenar de fuegos forestales asolan Nueva Gales del Sur desde hace semanas, de los cuales la mitad siguen sin control, provocando nubes de humo tóxicas que alcanzaron Sídney, la ciudad más grande de Australia.
No obstante, no es la primera vez que Nueva Gales del Sur declara estado de emergencia durante esta temporada 2019. El primer decreto fue tomado en septiembre ante el comienzo de los incendios.
Gladys Berejiklian, primera ministra del estado del sudeste de la isla continente, argumentó que la decisión se debe a las ‘condiciones meteorológicas catastróficas’.
Como mencionábamos anteriormente, la situación de Sidney es delicada. Durante el lunes, organizaciones médicas han indicado que se encuentra frente a una ‘emergencia de salud pública’, por la emisión de gases tóxicos.
En efecto, los hospitales han constatado un aumento significativo de pacientes en el servicio de urgencias con problemas respiratorios, y un aumento del 80% en los ingresos a partir del 10 de diciembre, período en que la calidad del aire fue la peor de los últimos días.
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