La llegada del coronavirus podría haber sido una sorpresa para todos. Sin embargo, aunque no lo creas el YouTuber británico Colin Furze se ha estado preparando para este autoaislamiento desde el año 2015, construyendo un búnker en su patio trasero.
Claro que esto no quiere decir que se necesite un búnker para protegerse, basta con distanciarse del público. Sin embargo, tener una segunda opción escondida debajo de su patio trasero a la que puede recurrir en lugar de estar cautivo en tu casa es realmente genial.
Furze construyó el búnker de acero en Lincolnshire en 2015, y es absolutamente increíble. ¡Mira cómo lo hizo!
El hombre cavó un hoyo de tres metros de profundidad en su patio trasero, colocó una gran caja de metal dentro de la cual estaba equipada con electricidad y agua, la cubrió con 60 metros cúbicos de concreto y cubrió la parte superior con pasto.
Este búnker lo tiene de todo: desde microondas, baño propio y hasta un generador para electricidad y consolas de juegos. Incluso tiene una batería, un televisor de pantalla plana y por supuesto, una máscara de gas es uno de los elementos esenciales también.
«Alguien me preguntó qué haría si el mundo estuviera a punto de terminar en 34 días, así que le dije que haría un búnker», dijo el YouTuber.
Sin dudas, ahora sabemos quién sobreviviría a un posible apocalipsis zombie o secuestro alienígena. O más probablemente, una guerra nuclear.
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Abuelos de un hogar juegan al bingo para acompañarse durante la cuarentena
Es una realidad: el mundo vive uno de los momentos más difíciles en su historia. Y algunos de los más afectados son los ancianos, quienes son los más amenazados por este virus.
Por el momento, el único remedio efectivo es quedarse en casa y no recibir visitas. Y aunque es una medida muy necesaria, también es bastante difícil para ellos.
Por eso, un grupo de ancianos de un hogar en Australia decidieron pasar la cuarentena juntos e intentar divertirse, en lo posible, en medio del caos. En las redes sociales se viralizó una fotografía que los muestra sentados a cada uno en su silla frente a sus cartones de bingo, a una gran distancia para evitar el contagio.
