Hace unos días apareció un tiburón cabeza de martillo muerto en la playa de Alabama. De por sí, la noticia ya resultaba lo suficientemente triste como para luego haber confirmado que se trataba de una hembra y ¡estaba preñada con 40 crías!.
El enorme tiburón se descubrió el pasado jueves 20 de abril en un tramo de playa muy concurrido lleno de hoteles de varios pisos. Orange Beach está en el Golfo de México, a unas 26 millas al oeste de Pensacola, Florida.
El motivo de fallecimiento del ejemplar es aún desconocido: en las fotos que las autoridades de Orange Beach han compartido públicamente no parece que haya sufrido ninguna lesión traumática antes de terminar en la orilla. “Aunque es lamentable que haya muerto, estamos entusiasmados por la poco frecuente oportunidad de ver un cabeza de martillo en tan buenas condiciones”, escribieron las autoridades.
“De inmediato llamamos a varias agencias para ver cuál podía obtener información de este ejemplar único. Es muy extraño encontrar a una hembra preñada, y todos los datos que se puedan recopilar serán tremendamente valiosos para conocer más sobre la fecundidad y la reproducción de esta especie”, advirtieron.
El tiburón martillo gigante es una especie de elasmobranquio carcarriniforme de la familia Sphyrnidae. El rango de los tiburones martillo es de mares tropicales y aguas templadas alrededor del mundo. Su hábitat es pelágico, pero también ocurren cerca de la costa, especialmente en las cimas de montañas marinas y arrecifes profundos.
Un equipo de científicos de la Facultad de Ecología de Pesca Marina de la Universidad Estatal de Mississippi le hicieron una necropsia al tiburón cabeza de martillo con el fin de hallar lo que le causó la muerte. “Examinamos detalladamente, el corazón, el hígado, el esófago, el estómago, el bazo, los riñones y el páncreas del tiburón, y ninguno de estos órganos mostró indicios de traumatismo. Por otra parte, no hallamos lesiones anormales ni parásitos inusuales”, reportó el equipo de investigación este pasado lunes 24 de abril.
Asimismo, el equipo de investigadores sostuvo: “Sabemos que el tiburón cabeza de martillo es especialmente sensible a los efectos fisiológicos del estrés que le provocan las capturas. La preñez agrava este estrés fisiológico. Por consiguiente, sospechamos que la muerte es el resultado de la mortalidad de pesca”.