En Praga, en el corazón del barrio histórico Mala Strana o «Little Quarter», hay una calle tan estrecha que es imposible que dos personas la crucen al mismo tiempo.
Esta calle que obliga a ser transitada por una única persona y en una sola dirección, se llama Vinarna Certovka y, es, en realidad, un pasaje de 50 centímetros de ancho (70 centímetros según otras fuentes) que se extiende por una longitud de unos 10 metros entre varias casas cercanas al Puente de Carlos.
Esta peculiar calle consta de varios escalones de piedra que conducen desde la calle Seminare U Luzickeho hasta el restaurante Certovka al borde del canal con el mismo nombre.
Para propiciar el correcto tránsito de esta calle, han decidio instalar dos semáforos en cada uno de los extremos de la calle para avisar de hay algún peatón pasando por ella.
La mayoría de las personas que usan la calle son turistas que presionan el botón para caminar y tomar algunas fotos; también la mayoría no hacen caso a los semáforos y acaban chocándose con otro turista y teniendo que volver sobre sus pasos.