Un día que permanecerá grabado en la memoria de la aviación tanzana: dos incidentes separados por horas, pero unidos por la misma aerolínea y el mismo aeropuerto, han dejado atónitos a los espectadores de la industria aérea.
En un giro insólito de eventos, el aeródromo de Kikoboga, guardian del esplendor natural del Parque Nacional Mikumi, se convirtió en el escenario de dos inesperados incidentes que desafían la lógica de la seguridad aérea.
El primero, protagonizado por el Embraer EMB-120ER Brasilia con matrícula 5H-MJH de Unity Air, presenció el colapso del tren de aterrizaje de su ala derecha al aterrizar. Un suceso inesperado que desencadenó la rotura de dos palas de la hélice número dos.
El segundo capítulo de este inusual relato ocurrió apenas cinco horas más tarde. La compañía envió otro Embraer del mismo modelo, el 5H-FLM, para rescatar a los pasajeros varados. Sin embargo, durante el despegue desde Kikoboga, este avión sufrió el colapso del tren de aterrizaje delantero, impactando su ala derecha contra una estructura cercana.
A pesar del dramatismo de los eventos, el saldo fue un alivio para todos: los 30 pasajeros a bordo, junto con los pilotos y la tripulación, salieron ilesos en ambas situaciones, lo cual es un verdadero milagro considerando las circunstancias.
Aunque estos incidentes casi simultáneos podrían ser un golpe para las operaciones de Unity Air, la administración de parques nacionales de Tanzania aseguró que el aeródromo de Kikoboga ya está operando con normalidad.
Estos sucesos inusuales han puesto bajo una lupa intensa a Unity Air, especialmente considerando que la empresa posee cinco aeronaves del modelo Embraer EMB-120 en su flota, con una edad promedio de 27 años. Detalles fascinantes sobre el pasado y la trayectoria de estas aeronaves han salido a la luz: desde su primera incursión en el servicio comercial hasta sus múltiples traslados por diferentes compañías a lo largo de los años.
A pesar de este revés, Unity Air, con base en Zanzíbar, ha sido un actor importante en la conectividad aérea en Tanzania, operando vuelos hacia destinos turísticos clave y ofreciendo servicios regulares y charters que han sido fundamentales para el mercado turístico en la región desde finales de 2018.
El interrogante sobre las circunstancias que llevaron a estos eventos sigue en el aire, mientras Unity Air enfrenta el desafío de restaurar la confianza y asegurar la integridad de sus operaciones futuras.
Este peculiar incidente, aunque inesperado y desafiante, no ha empañado la belleza natural ni la vibrante oferta turística de Tanzania, un país que sigue siendo un destino fascinante y seguro para los viajeros de todo el mundo.
