Es posible que en las próximas semanas, los pasajeros que tengan previsto volar con Korean Air se encuentren con un nuevo requisito antes de abordar: subirse a la báscula. Sin embargo, es importante destacar que esta novedosa política no tiene la intención de avergonzar a nadie. Korean Air se suma a la lista de aerolíneas de todo el mundo que están obligadas a recopilar datos periódicos sobre el peso de sus aviones.
Esta medida afectará a algunos viajeros que salgan del Aeropuerto Internacional de Gimpo (GMP) desde el 28 de agosto hasta el 3 de septiembre, y del Aeropuerto Internacional de Incheon (ICA) entre el 8 y el 19 de septiembre. La recopilación de datos se realizará de manera anónima, tanto para los pasajeros como para el equipaje, y estos datos se compartirán con el Ministerio de Territorio, Infraestructuras y Transporte del país.
Es importante destacar que, si algún pasajero prefiere que no se registren sus datos de peso, Korean Air ha confirmado que tienen la opción de optar por no participar en este proceso, simplemente informando a un miembro del personal.
Aunque pueda resultar sorprendente para algunos viajeros que se les pida subir a una báscula, esta decisión no la toman las aerolíneas por sí mismas, sino que generalmente se impone por parte de los organismos reguladores gubernamentales.
A principios de este año, Air New Zealand implementó un programa similar con algunos de sus clientes que volaban en rutas internacionales, como la de larga distancia entre Auckland y el Aeropuerto JFK de Nueva York. En ese momento, un representante de Air New Zealand aseguró a los clientes que no había ninguna pantalla visible en ningún lugar y que nadie, ni siquiera la aerolínea, podía ver su peso.
La recopilación de estos datos es esencial para ayudar a las aerolíneas a tomar decisiones informadas sobre las necesidades de combustible y la distribución del peso a bordo, garantizando así la seguridad y la eficiencia de los vuelos.
