Desde su aparición en la legendaria serie Sex and the City, la casa de Carrie Bradshaw se ha convertido en un destino turístico infaltable en Nueva York. Sin embargo, después de casi 30 años de recibir multitudes de visitantes día y noche, la propietaria ha decidido tomar medidas drásticas para recuperar su tranquilidad.
Ubicada en el número 66 de Perry Street, en el emblemático West Village, esta vivienda es reconocida por su elegante escalinata, que aparece en innumerables escenas de la serie. Pero la fama tiene un precio. Según la propietaria, Barbara Lorber, el flujo constante de fans tomando fotos, grabando videos y, en algunos casos, vandalizando la propiedad, ha afectado gravemente la calidad de vida de los residentes.

“Hay visitantes a cualquier hora del día o la noche: toman fotos con flash, hacen ruido, saltan la cadena que restringe el paso, e incluso intentan abrir la puerta principal. Algunos llegan a tumbarse en las escaleras o a hacer pintadas”, explicó Lorber en una carta dirigida a las autoridades de conservación de monumentos.
Una reja como solución
Cansada de la invasión a su privacidad, Lorber ha obtenido permiso para instalar una reja metálica que proteja la entrada de la casa. Aunque esta decisión podría parecer drástica, muchos visitantes la consideran razonable. “Es una medida necesaria por seguridad y privacidad. Las fotos incluso quedarán mejor con la reja”, opinó Angela Guerra, una fanática que viajó desde Texas para ver la famosa casa.
Además, la instalación de la reja cuenta con el apoyo de los vecinos, quienes también han sido afectados por las multitudes. Una residente de la calle Perry mencionó haber recibido amenazas al intentar pedir discreción a los turistas.
Un ícono eterno
Desde su estreno en 1998, Sex and the City ha marcado generaciones. Su reciente continuación, And Just Like That, ha revivido el interés en los escenarios de la serie, atrayendo a nuevos fanáticos a este rincón del West Village.

A pesar de las molestias, Lorber reconoce el impacto cultural de su casa. En su carta, recordó que aceptó participar en la serie como un favor a un joven encargado de localizaciones que buscaba su primera gran oportunidad. “Nunca imaginé que esto se convertiría en un símbolo de la magia de Nueva York”, admitió.
Aunque la reja busca devolver la paz a los residentes, seguirá siendo testigo silenciosa del amor de los fans por Carrie Bradshaw y su icónica historia en la Gran Manzana.