En lo profundo de la Patagonia austral, un pequeño milagro acaba de ocurrir. Tres pichones de Macá Tobiano, una de las aves más amenazadas del planeta, serán liberados este lunes en su hábitat natural, tras haber sido criados desde el huevo por científicos argentinos en un proceso tan delicado como inédito.

Esta especie autóctona fue descubierta recién en 1974, cerca de El Calafate, y hoy se encuentra en peligro crítico de extinción. Durante la última década, su reproducción natural ha sido casi nula. Frente a esta emergencia ambiental, un equipo multidisciplinario liderado por el Proyecto Macá Tobiano desarrolló una estrategia revolucionaria: incubar y criar a mano los huevos que las propias aves abandonan.
El trabajo se llevó a cabo en la Estación Biológica Juan Mazar Barnett, en Santa Cruz, donde incubadoras especialmente diseñadas simulan las condiciones del ambiente natural. Pero el verdadero reto empieza cuando nacen: durante semanas, los pichones fueron alimentados cada pocas horas, incluso de noche, y acompañados en sus primeros nados, necesarios para activar su digestión.

Hoy, tras meses de esfuerzo ininterrumpido, tres juveniles sanos y fuertes —con sus anillos identificatorios rojos— están listos para enfrentar el mundo. En lugar de enfrentar la riesgosa migración inicial desde las lagunas altas, serán liberados directamente en los estuarios del río Santa Cruz, donde se reúne la población adulta en invierno.
Este experimento podría marcar un antes y un después en la conservación del Macá Tobiano. Con la posibilidad de generar más de 50 juveniles por temporada, la cría controlada aparece como la última —y quizás única— herramienta real para evitar su desaparición.
A lo largo del mundo, estrategias similares salvaron especies como el Cóndor de California o el Oso Panda. Hoy, el Macá Tobiano también tiene su oportunidad. El camino es complejo y aún incierto, pero por primera vez en años, la extinción ya no es un destino inevitable, sino una amenaza que se enfrenta con ciencia, pasión y esperanza.