Tragedia: se han encontrado más de 2.000 buitres muertos en Guinea-Bissau, en lo que se ha descrito como un «golpe devastador» para la conservación de las especies en peligro crítico.
Se cree que los buitres encapuchados fueron envenenados hasta la muerte con cebos venenosos, ubicados en varias aldeas locales, y que probablemente los cadáveres de las aves se utilicen como parte de un ritual.
Algunas comunidades en África creen que la posesión de la cabeza de un buitre traerá buena fortuna o poderes especiales, y se cree que el aumento de la demanda de dicha posesión está relacionado con la actual inestabilidad política de Guinea-Bissau.
Esta idea está respaldada por el hecho de que al menos 200 de los buitres se han encontrado sin sus cabezas.
Las muertes están siendo investigadas por la Vulture Conservation Foundation (VCF), el Grupo de Especialistas en Buitres de la UICN (VSG) y Birdlife International (BLI), quienes fueron alertados por primera vez de la muerte de 200 buitres en febrero de este año.
Sin embargo, la situación empeoró con más de 1,600 muertes de buitres confirmadas, predominantemente en el este del país, y aunque es imposible dar un número exacto de muertes, VCF estima que está muy por encima de la marca de 2,000.
En un intento por confirmar la causa de la muerte, algunos de los cuerpos han sido enviados a Lisboa y están siendo sometidos a análisis toxicológicos en la Universidad de Lisboa.
Desafortunadamente, las intoxicaciones masivas en África son más problemáticas de lo que parece, ya que varias especies han sido llevadas al borde de la extinción. Algunas especies africanas han disminuido en un 80% en los últimos 30 años, con cuatro especies consideradas en peligro crítico y tres más en peligro.
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