En algunos países, la cuarentena se está levantando en forma escalonada con los debidos cuidados y la gente no lo ha pensado dos veces antes de correr a su restaurante favorito: el drive thru de McDonald’s
Aunque no lo creas, en el Reino Unido los automovilistas han esperado en filas de hasta dos horas en sus autos frente al drive thru del local de comida rápida, ahora que abrieron en 33 establecimientos.
A su vez, seis establecimientos están ofreciendo servicios de entrega. En las redes sociales se viralizaron las imágenes de locales de McDonald’s y Burger King abarrotados de vehículos, a la espera del servicio y las personas bromearon con respecto a cuánto estás dispuesto a esperar por una hamburguesa o nuggets de pollo.
Los usuarios de Twitter publicaron fotos y videos de largas filas y caminos obstruidos a medida que más restaurantes de McDonald’s reabrieron en todo el país. Un usuario escribiós: «¡La gente no entiende nada! Vamos hacia nuestra ruina. ¿Por qué McDonald’s ya está aflojando las cosas ¡Inaceptable!».
Incluso según el medio Daily Mail, McDonald’s emitió un comunicado afirmando que las sucursales se cerrarían si las colas fueran demasiado largas.
A su vez, la compañía de alimentos sigue un estricto protocolo de seguridad. No sólo cuenta con pantallas en las áreas de cocina, sino que todo el personal usa protección y se les toma la temperatura antes de ingresar.
Cabe destacar que no es el único lugar concurrido. La reapertura ha generado que haya una considerable concentración de personas también en otras tiendas. A su vez, está por verse cómo esto arroja un mayor número de autos en las calles, regresando a los problemas de tráfico antes de la contingencia.
La semana pasada en Nueva Zelanda, la policía se vio obligada a intervenir cuando las multitudes se descontrolaron para la reapertura de una ubicación de BurgerFuel en Auckland, una cadena de hamburguesas con sede en Nueva Zelanda y 88 restaurantes en todo el mundo. También hubo largas colas en KFC y McDonald’s, ya que esas cadenas también se reabrieron en Nueva Zelanda. Algunos comercios incluso se quedaron sin comida después de ser colapsadas por clientes ansiosos.
