Jim Reynolds acaba de lograr lo que para la mayoría de los escaladores parece imposible: subió y bajó el monte Fitz Roy (cuyo pico tiene 3.359 metros) sin ningún tipo de ayuda.
El estadounidense de 25 años es oriundo del estado de California y desde hace cuatro años trabaja en el equipo de búsqueda y rescate del parque nacional Yosemite.
Jim pasó tres meses en el Chaltén preparándose: subió otros cerros conocidos como Rafael Juárez (2.450 metros) y Saint-Exupéry (2.558 metros).
Reynolds tardó 15 horas y 25 minutos: a las 9 de la mañana comenzó el ascenso con solo un litro y medio de agua y barritas de cereal. A las 12 de la noche ya había regresado a la base.
Se sabía que Reynolds tenía experiencia, pero cuando llegó hace tres meses a Argentina nadie podía imaginar lo que estaba por hacer.
Además, el hombre decidió subir y bajar sin más elementos que zapatos de alpinismo, magnesio para contrarrestar el sudor de las manos, un litro y medio de agua y unas barritas de cereal. Aunque también llevaba una soga y algún otro elemento en caso de enfrentar un incidente.
De esta manera, Reynolds hizo historia no sólo en el Cerro Fitz Roy, sino también en el mundo del alpinismo en general.
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Hay más de 200 cadáveres en el Monte Everest, y los escaladores los utilizan como puntos de referencia
Más de 200 personas han muerto en su intento por escalar el Monte Everest. La montaña ofrece opciones, aparentemente interminables, de morir: caer en el abismo, sofocarse, la falta de oxígeno, ser aplastado por rocas y los vientos en la cumbre pueden alcanzar la fuerza de un huracán. Los niveles de oxígeno dejan a los escaladores jadeando mientras que sus cerebros privados de oxígeno no les permiten tomar decisiones racionales. Algunos escaladores se detienen para un breve descanso sólo para vagar lentamente en un sueño profundo, para nunca despertar.
