Tinder de las montañas: un excursionista suizo creó una «app» de citas totalmente distinta

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Foto: Foto de Razvan Sassu en Unsplash
Redactora Social
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¿Y si el amor se pudiera encontrar en la cima de una montaña? Esa es la idea creativa de un joven de Friburgo. Durante sus caminatas por la montaña, deja libretas para que los excursionistas solteros compartan sus datos de contacto con la esperanza de conocer a un compañero amante de la naturaleza, una especie de Tinder de las montañas, totalmente analógico.

Thibaud Monney, de 28 años, es un ávido excursionista de montaña. Aunque disfruta explorando paisajes alpinos en solitario, cree que compartir estos momentos con alguien especial sería aún mejor.

Después de probar las aplicaciones de citas, Thibaud se dio cuenta de que no eran para él. «Existen algoritmos que lo controlan todo. Prefiero llegar a la cima, donde no hay algoritmos. La gente está en las montañas porque le encanta, y así es como nos conocemos», dijo el martes a la televisión pública suiza, RTS.

Seis cumbres equipadas con libretas

Inspirado por esta idea, el joven decidió dejar pequeñas libretas rojas a lo largo de las rutas de senderismo, como un «Tinder para las montañas». Hasta ahora, los ha colocado en seis cumbres de la región del cantón de Friburgo donde vive: Les Merlas, Teysachaux, La Vudalla, Vanil du Van, Wandflue y Dent de Broc.

Los excursionistas pueden dejar sus datos con la esperanza de conectar con un compañero entusiasta de la naturaleza. “Todo empezó como una broma: se lo conté a mis colegas y surgió la idea de crear estos pequeños cuadernos”, recuerda Thibaud.

El concepto ganó fuerza rápidamente. Poco después de colocar el primer cuaderno, un excursionista curioso se encontró con los mensajes. “Me pareció una idea brillante”, comentó entusiasmado Simon, que rápidamente agregó su número de teléfono al libro.

¡Una idea brillante!

En solo seis meses, decenas de personas han dejado mensajes en los cuadernos. En cuanto a Thibaud, su idea también le ha ayudado a establecer contactos.

Así fue como conoció a Léa, de 27 años, una ávida corredora de senderos y amante del chocolate. Vivían cerca uno del otro sin darse cuenta, pero fue el “Tinder de la montaña” el que los unió.

“Creo que es más original conocer a alguien a través de este cuaderno en la naturaleza que en Tinder o en Internet, que son tan habituales”, comenta Léa.

En los últimos dos meses, los dos han desarrollado una estrecha amistad. En cuanto al amor, solo el tiempo lo dirá. Pero pase lo que pase, parece que el “Tinder de la montaña” tiene un futuro prometedor.

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