Una mujer oriunda de la zona rural de Maine, en Estados Unidos, decidió reunir a todos sus perritos huskies para ayudar a abuelitos entregándoles comida y lo que necesiten en medio de la cuarentena por coronavirus.
Hannah Lucas, dueña de un trineo, se mudó al condado de Aroostook desde Virginia para entrenar a sus perros siberianos. En total, tiene 14 perros que salen en grupos de 6 y realizan entre cuatro y seis pedidos.
Ahora, la mujer ha estado entregando comida en el trineo de sus perros a sus vecinos durante las últimas tres semanas.
“Me acabo de dar cuenta de que había mucha gente, especialmente ancianos, que venían sólo para comprar la leche o los huevos, o la fruta que tenemos aquí. Y solo quería ayudarlos a minimizar salir de su casa durante este tiempo de pandemia”, dijo la mujer.
En general, la mujer toma los pedidos por teléfono, compra los víveres solicitados y luego los entrega en las entradas de las casas de las personas. Antes llama a los clientes para informarles que su pedido está listo.
Recordemos que los adultos mayores y las personas con afecciones de salud son más susceptibles al COVID-19, lo que ha llevado a muchas tiendas a dedicar horas de compras a personas mayores y clientes vulnerables.
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Científicos afirman que la pandemia está haciendo que la Tierra vibre menos
Ya hemos visto algunos de los beneficios que el planeta ha estado experimentando, a partir del aislamiento de las personas. La contaminación del aire ha desaparecido visiblemente de varias ciudades, así como la vida silvestre que reclama espacios urbanos y el regreso de los peces a los canales de Venecia, mientras que el turismo en Italia se detiene.
Y ahora, parece que las medidas globales implementadas para combatir la pandemia están teniendo efectos aún mayores en este planeta que llamamos hogar, y los científicos también lo están notando.
Los sismólogos de todo el mundo informaron haber visto mucho menos ruido sísmico últimamente, lo que significa que las vibraciones causadas por automóviles, trenes, autobuses y el ajetreo general de la vida normal se han reducido.
Como resultado, la corteza superior de la Tierra, que generalmente enfrenta la peor parte del ruido sísmico, se mueve un poco menos. El primer científico en señalarlo fue Thomas Lecocq, geólogo y sismólogo del Observatorio Real en Bruselas, Bélgica.
