En un mundo hiperconectado, donde las redes sociales dominan el día a día, existe un país que parece sacado de un relato de ficción. Turkmenistán, una nación de Asia Central, sorprende con su combinación de lujo arquitectónico, servicios gratuitos y aislamiento digital.

Su capital, Ashgabat, brilla con sus imponentes edificios de mármol blanco, lo que le ha valido un récord Guinness. En esta ciudad de contrastes, la electricidad, el agua y el gas son gratuitos para los ciudadanos desde 1993, pero a cambio, la población vive bajo un estricto control gubernamental.
El acceso a internet está severamente restringido, con sitios bloqueados y una vigilancia constante. En 2015, incluso se prohibieron las antenas parabólicas, aumentando el aislamiento informativo.
A nivel natural, el país también impacta con paisajes extremos. Destaca el desierto de Karakum, que cubre gran parte del territorio, y el famoso cráter de gas de Darvaza, conocido como «la puerta del infierno», un incendio perpetuo que arde desde los años 70.

Turkmenistán es un enigma: un país que parece una utopía con sus servicios gratuitos, pero que al mismo tiempo plantea un dilema sobre la libertad y el acceso a la información. Para algunos, un paraíso; para otros, un aislamiento absoluto.
Un comentario
Seguramente viven más tranquilos y felices , hay un dicho que dice que mientras menos sabes más feliz eres , las ciudades limpias el color blanco calma , los grafismos sonde cadentes y sucios .Lo malo es que es obligado , debería ser sentido común .aquí estamos de paso .