Una argentina reveló las 3 cosas más difíciles de vivir y trabajar en un crucero

kas
Redactora
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Lo que para muchos es un sueño, para otros puede ser un verdadero desafío. Así lo relató Aldana López, una instructora deportiva argentina que trabaja en un crucero y que, a través de su cuenta de TikTok (@aldilo.11), compartió las tres peores cosas de vivir a bordo de estos enormes barcos que recorren el mundo.

“No todo es de color de rosa, claramente”, confesó en su video, donde mostró el lado menos glamoroso de trabajar en alta mar.

1. Habitaciones compartidas (y sorpresas no siempre agradables)
Uno de los principales desafíos, según Aldana, es la falta de privacidad. La mayoría de los empleados deben compartir su habitación con otra persona, y rara vez saben con quién les tocará convivir durante meses. “Imaginate vivir con alguien que prácticamente no conocés y que es de otro país. Tenés que tener suerte”, explicó.

@aldilo.11

Respuesta a @soy.adeen 3 Cosas MALAS de trabajar en un crucero 🫠🛳 No todo es color rosa. Trabajar en crucero es lindo, te abre la posibilidad de vivir muchas cosas hermosas pero es verdad que también hay que sacrificar otras. Y hoy les vengo a comentar un poco ese lado de la vida de tripulante ❤️‍🩹⚓️ Si tienen alguna duda o quieren que hablen de algún tema díganme en comentarios 💕 #cruceros #tripulante #vidaencrucero #crewlife #workandtravel

♬ sonido original – Aldi

2. No hay días libres
Aunque visitar nuevos países suena como un privilegio, el trabajo en un crucero no se detiene nunca. “No hay francos, no hay días libres”, remarcó. A veces, las jornadas pueden ser más relajadas, pero en general el ritmo es intenso. “Si te enfermás, puede que tengas un día libre, pero no te lo pagan y ni siquiera podés salir a hacer algo”.

3. Las despedidas intensas
Lo más duro para Aldana son las despedidas. A bordo se crean vínculos profundos en poco tiempo, compartiendo trabajo, comidas, salidas e incluso romances. Pero esos lazos pueden romperse de golpe cuando alguien termina su contrato o cambia de barco. “Es muy probable que no vuelvas a ver a esa persona. Eso es lo que más duele. Los que lo pasaron lo entienden”.

A pesar de estos aspectos negativos, Aldana también destacó que la experiencia tiene cosas positivas: la posibilidad de conocer decenas de países, no tener que cocinar y la convivencia multicultural. Una vivencia intensa que no todos están preparados para vivir.

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