El hallazgo se produjo en la cripta subterránea de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, un templo colonial del siglo XVII ubicado en el Centro Histórico de Lima, en Perú. El recinto a base de ladrillos de adobe, cal y piedras de río, mide 60 metros de largo por seis metros de ancho; y se ubica a 2,5 metros de profundidad.
Según se pudo constatar, la cripta de la iglesia fue construida a modo de sótano y se utilizó durante casi 300 años. El lugar fue diseñado para el entierro de los hermanos o cófrades de la antigua hermandad de la Señora de la Soledad, que agrupaba a españoles y criollos dedicados a la ciencia de la salud. Además, en la época de la colonia en Perú no existían cementerios públicos, por ello tanto vecinos peruanos, como también españoles y criollos, eran enterrados en las criptas.
El jefe del equipo de arqueología de Lima, Héctor Walde, declaró que “En esta cripta tenemos aproximadamente catorce individuos y van aumentando, conforme se va ampliando la excavación se va definiendo más cuerpos (…) Estos hallazgos son excepcionales porque se conservan en el buen estado”.
Entre los restos encontrados se encuentra una niña indígena de seis años, envuelta en lienzos y con un manojo de flores de telas blancas entre las manos. Además, en la cripta también se encontraron restos de ataúdes decorados con imágenes de flores, granos de maíz, aros de cobre, botones y tachuelas.
Para comprender un poco más el sentido de estos recintos, cabe mencionar que entre los siglos XVI y XVII, primaba entre los religiosos la idea de la resurrección. Los creyentes de aquel momento buscaban ser enterrados en estas criptas, ante la idea de que estar cerca del “Cristo de Descendimiento” les aseguraba la vida eterna.
Según los estudiosos, la investigación arqueológica que se está llevando a cabo es fundamental y necesaria para la puesta en valor del Centro Histórico de Lima.
